Queridas Lectoras (y algún lector)
Qué gran placer fue que hace algunas semanas mi susodicho se intercambiara los papeles conmigo, y cogiera vacaciones para hacer mi horario y encargarse él de todo lo que a casa y niños se refiere. Por supuesto, yo estaba trabajando, quizá hasta más que de costumbre, pero con otra tranquilidad. Con el ritmo correcto, sin pensar que no llego a nada, que tengo que dejar de hacer algo…
Para las que no sabéis de qué hablo, llevaba ya una temporada muy agobiada, con el trabajo, los niños, la casa, vamos lo que viene siendo una madre estresada. Y le pedí el favor al susodicho de que cogiera unos días de vacaciones en época escolar, porque si las dejaba para navidades, yo iba a estar igual de estresada y con la sensación de no descansar. Así que dicho y hecho, tengo un susodicho que es un amor, se cogió de lunes a viernes e intercambiamos los papeles.
Yo seguí haciendo mi vida laboral y él hizo la suya pero como amo de casa. Se encargaba de llevar a los niños al cole, de recogerles, de tenerles la comida preparada, de llevarles a los extraescolares, de hacer la compra, e incluso tuvo tiempo de hacer algo de deporte en horas mañaneras.
Por supuesto, mi gran miedo era que pensará que yo vivo como Dios, y me quejara de vicio, con lo cual, le recordé que a toda esa actividad que hacía, debía añadirle mis cuatro horitas de trabajo.
Por supuesto, él se organiza mucho mejor que yo y levantándose a horas en las que el mundo duerme, le cundía mucho el día. Lo siento, pero yo me seguiré levantando a las 08.00 que luego no me duermo a las 21.00 como él. Sigo dándole a la tecla, y a lo que haga falta.
También hubo tiempo para irnos a comer juntos al medio día, para darme algún caprichito de sentarme en el sofá sin tener que hacer nada más, de ir a visitar a una buena amiga a Bilbo… y por supuesto de darme cuenta que soy muy afortunada por vivir con alguien tan dispuesto, tan preparado para la vida familiar, tan amoroso con su familia y tan bien organizado.
Soy afortunada pero el día a día puede más que la semana de placer, y me veo muchas veces superada por las horas, porque no llego a todo, porque me gustaría aprovechar mi tiempo libre.
Me doy cuenta que muchas veces los planes los hago en base a no molestar a nadie, a no depender de nadie, a no aparcar a los niños con quien haga falta un finde sí y otro también, no me gusta sobrecargar a mis padres para que yo «viva más tranquila». En cambio, lo que a mi me revienta y #mecabrea es que ellos hacen su vida porque nosotras estamos ahí, ellos no preguntan «¿Puedo irme tres horas a hacer deporte?» Van y punto, porque saben que estamos nosotras, esa es la diferencia. Por eso, para que se den cuenta de esa gran oportunidad que tienen, debemos ser nosotras las que dejemos todo «manga por hombro», y decir, «Cariño, me voy un ratito a la porra, no sé cuándo volveré porque está un poquito lejos, no vale que los niños cenen pizza congelada».
En fin, creo que voy a instaurar en mi casa, la semana de cambio de roles, y dejarnos una semana de sus vacaciones para época escolar, para que yo llegue más descansada a las vacaciones familiares. Qué suerte poder hacerlo. Eskerrik asko Susodicho!
Hola Maider! Me parece un post super acertado. Hace unos añitos le hice ver a mi susodicho que mi vida social tendía a cero mientras la suya tendía a infinito y que eso no podía ser, porque yo me estaba saturando y él cada día estaba más relajado. Su deporte, sus coros, su monte, su trabajo… Y mi trabajo? Mi deporte? mis amigas? mis viajes? Así que hice más o menos como tu pero a la brava. Me organicé un fin de semana con amigas, y le informé el lunes: me voy con las amigas…. cuando empezó con el es que me iba al monte… le aclaré que no, que las niñas necesitan una madre, pero también ncesitan pasar tiempoo con ese señor que paa por casa y que resulta que es su padre….
Me lo agradeció y de qué manera. Se dio cuenta de que sus hijas eran ya unas señoritas y que hcían cosas que él no sabía. me dio las gracias por cómo son nuestras hijas y por el trabajo que hasta entonces había hecho yo con su colaboración puntual.
Ahora somo equipo. un equipo de 5 que hace que todos tengamos responsabilidades segun nuestras capacidades y nivel de obligación, pero al repartirse todo, en casa todos vivimos con unas pocas responabilidades lo cual hace que no caiga todo en los mismos hombros.
Ya verás como la siguiente vez no hará falta ni que se lo pidas, porque no se trata de que ayuden, se trata de que hagamos entre todos.
Un abrazo!!!
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Uno no se imagina del gran trabajo que supone trabajar y mantenerse al cuidado de los niños hasta que se encuentra en el papel. Desde luego que es mucho más fácil y descansado sólo tener que preocuparse de ir al trabajo. Lo verdaderamente estresante y cansado es tener que ir a trabajar y después continuar con las tareas y organizaciones de la casa (compras, pensar qué hacer de comer y de cenar, qué el peque necesita pantalones nuevos, etc.). Por eso un aplauso a tu semana de cambio de roles, eso lo tendríamos que hacer todos para valorar más lo que hace la pareja.
Un saludo!
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Efectivamente María. Por suerte, él siempre se ha ocupado un montón de ellos, y de la casa no tengo queja, hace más que yo, pero los ratos libres eran inexistente. Gracias por pasarte, y comentar! Un abrazo!
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Gracias por pasarte Wapa! Sí, la verdad es que lo "fácil" es ir a trabajar y llegar a leer el cuento. Y que la que tenga todo organizado en la cabeza sea uno y no los dos. Un abrazo!
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