Este año tarde no, lo siguiente. Casi acabando la Navidad y los Reyes a la vuelta de la esquina, y yo con mi carta sin enviar este año.
La verdad es que este año que hemos dejado atrás ha sido de lo más raro. Por una parte estaba feliz y contenta de volver a la vida laboral, de volver a sentirme útil más allá de mi papel como madre, y total que he terminado el año volviendo a sentirme útil como madre y dejando mi vida laboral a un lado.

Voy encontrando mi sitio en mi familia política, pese a los altibajos que podamos tener, como en todas las familias.
El saber que tienes cerca a tu pequeño círculo de amigas, que están cuando las necesitas, y cuando no. Que te mandan una carita sonriente por el «guatxap» o te tiras media hora hablando como si no hubiera un mañana, eso no tiene precio.
Y qué puedo decir de esta maravillosa familia de cuatro. Diría que no me la merezco, que no merezco tener algo tan maravilloso, tan cerca, tan bien criados y tan paciente, comprensivo y amoroso marido. Pero prefiero no decir todo eso, no vaya a ser que me lo quiten los Reyes y me traigan otra cosa. Así que sólo dar las gracias y que todo mejore para poder seguir sonriendo.
No puedo olvidarme de todos esos besos que mando, para mis abuelos (para mi abuelo 3) y abueli, para Patxi, para Rafa, para Pepe y Loli. Seguro que hay muchos más besos que este año me he olvidado, para todos ellos también.
Felices Reyes. Nos vemos por el Patio. Hasta la próxima. Gracias por estar ahí.